Cómo elegir la batería más adecuada para nuestra vivienda o local
En una instalación solar doméstica hay varios elementos necesarios para su correcto funcionamiento. La batería es uno de estos elementos y hay que saber elegir cuál es el tipo de batería que mejor se ajusta a las necesidades que tenemos. Para seleccionar la batería que se precisa hay que pensar no solo en la capacidad de la misma, sino también el tipo de batería. Hay varios modelos diferentes, que utilizan componentes que se desgastan más o menos. Una batería adecuada para una vivienda normal puede no ser la que mejor rendimiento ofrezca en una instalación aislada.
También hay que pensar que hay modelos de batería que necesitan un mantenimiento periódico y que se han de rellenar con agua destilada para que continúen ofreciendo el mayor rendimiento. Otros modelos, en cambio, están concebidas para evitar escapes de gases y liquido y evitar los procesos de mantenimiento. La diferencia entre una u otra puede suponer que el rendimiento de la instalación caiga y que la vida útil de la batería sea menor.
Elegir bien la batería que vamos a instalar es fundamental para el buen rendimiento de la instalación solar doméstica
Una batería de plomo ácido abierta es mucho más económica que una en el que el electrolito está en forma de gel. Esto se debe no solo a su fabricación, sino que además requiere un mantenimiento que no es necesario en las segundas o en las baterías agm, donde el electrolito se encuentra absorbido en los separadores. Este tipo de baterías tiene otro inconveniente y es que produce unos gases que pueden acumularse si no existe una ventilación adecuada. Por este motivo, es desaconsejable su utilización en lugares cerrados o donde esa acumulación de gases pueda conllevar un riesgo, como embarcaciones, hospitales y lugares similares.
A la hora de pensar en la instalación solar doméstica, es importante contar con el asesoramiento profesional de los técnicos de REBACAS, ya que de esta manera sabremos qué necesitamos exactamente y cómo podemos obtener el máximo rendimiento sin realizar gastos innecesarios. Un buen estudio del lugar donde se va a realizar la instalación, las necesidades a cubrir y la eficiencia del equipo a instalar pueden suponer la diferencia entre acertar o hacer gastos innecesarios.